Levantarse es obligatorio

La derrota del Real Madrid ante el Sporting ha congelado la ilusión del madridismo. La decepción es el sentimiento que ahora está más presente en la mayoría de los aficionados blancos. La Liga está muy difícil, para que nos vamos a engañar, pero afortunadamente no es la única competición en la que compiten de los hombres de José Mourinho. “Caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio”. Éste conocido proverbio ruso resume muy bien la filosofía que debe primar ahora en el Madrid, porque esta misma semana espera la Champions, espera el Tottenham.

El equipo inglés no es ninguna comparsa, de la mano de Harry Redknapp se han situado entre los ocho mejores de Europa, son quintos en la Premier y se han confirmado como un conjunto complicado de batir. Pueden inquietar a cualquiera y si no, que se lo pregunten a los dos equipos de Milán

En el mundo del fútbol se lleva hablando mucho tiempo de Gareth Bale. El galés es, con sólo 21 años, una de las estrellas de la liga inglesa. Y no es para menos, desde el lateral izquierdo del Tottenham causa estragos en las defensas rivales con su velocidad endiablada y su prodigiosa zurda se ha convertido en un peligro público para los porteros contrarios. Todos estos detalles se quedarían en nada si no hubiéramos presenciado la tremenda exhibición que este joven futbolista nos brindó el pasado mes de noviembre ante el Inter de Milán en la fase de grupos de la máxima competición europea.

En aquél encuentro, Bale asombró al mundo anotando un “hat trick”, desarbolando a la defensa interista y ridiculizando a Maicon. Él solito fue clave en la remontada de su equipo y seguro que Rafa Benitez, técnico de los italianos en esa fecha, aún le tiene en sus pesadillas. No sólo es temido por sus internadas por la izquierda sino que también es un experto lanzador de faltas. Toda una estrella de la que se va a hablar mucho el próximo verano.

Pero Bale no es el único buen futbolista que juega para los de White Hart Lane. A su lado está Rafa Van Der Vaart, que regresa al Santiago Bernabéu, la perla croata Luca Modric o las “torres” Crouch y Pavliuchenko. Éstos y otros jugadores se bastaron para eliminar a un envejecido Milan en los octavos con su juego de equipo y sin su lateral izquierdo estrella.

Después de hacer un breve análisis del Tottennham, creo que hay que respetarles pero nunca temerles. Leo unas declaraciones de Adebayor en las que asegura que “el miedo no existe” en el vestuario blanco. Bien Manu, esa es la actitud. Ningún equipo debe amedrentar al Real Madrid. Los Cristiano, Benzema, Özil y compañía pueden vencer a cualquiera y ellos lo saben. No hay mejor remedio para el chasco liguero, que una convincente victoria ante el equipo londinense.

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Preparados para afrontar la montaña

Si el Real Madrid fuera un ciclista y las tres competiciones fueran su “gran vuelta” podríamos decir que está a punto de afrontar sus etapas más duras de montaña. A las puertas de encarar las primeras rampas del Tourmalet , del Alpe d'Huez , del Mortirolo o del Angliru. No hay marcha atrás, el conjunto blanco está preparado para enfrentarse a la fase decisiva de la temporada.

Si bien, las etapas llanas, las rompepiernas y los primeros repechos se han superado con solvencia (salvo la primera contrareloj individual ante el Barcelona en el Camp Nou), es ahora cuando los hombres de Mou deben dar un paso adelante y demostrar su carácter de equipo campeón. No valen excusas. Ni calendarios, ni virus FIFA, ni acumulación de partidos: la plantilla del Real Madrid tiene ante sí una oportunidad histórica para cambiar el ciclo y acabar con la supremacia del Barça.

Y está capacitado para lograr el reto. La eliminatoria ante el Tottenham se debe superar sin problemas. El conjunto inglés es un gran equipo, mejor de lo que muchos piensan, y tienen en la estrella emergente Gareth Bale y en Van der Vaart, un viejo conocido de la afición madridista, a dos de sus hombres más peligrosos.Con todo mi respeto hacia el rival, el Real Madrid me parece superior. No sólo por historia sino también por nombres ¿ Qué delantera es más temible Crouch -Pavlyuchenko o Benzema-Cristiano Ronaldo? Eso si, la superioridad hay que demostrarla en el terreno de juego.

Después, si se cumplen los pronósticos y los de Pep Guardiola sobreviven al difícil choque que les espera en Ucrania ante el Shaktar, esperaría el enfrentamiento soñado por todos en semifinales, la cumbre de categoría especial : un Madrid- Barça.

El Barcelona , además, es el rival en la final de Copa. Una competición que se le resiste al Real Madrid desde 1993, cuando aún jugaba Butragueño y en la que los blancos tienen depositadas muchas esperanzas e ilusiones. Sería el primer título copero para Iker Casillas y para una generación de madridistas que le tienen muchas ganas a este torneo.

También ante el Barça se disputará el choque que decidirá la Liga el próximo 17 de abril en el Santiago Bernabeu, el escenario perfecto para redimirse del 5-0 de la primera vuelta y para hacer visible ese cambio de tendencia que el madridismo desea. Y si se vence a los culés en las otras dos competiciones, que nadie dude de que el camino hacia el campeonato liguero también se allanará

Cuatro partidos casi seguidos ante el Barcelona pueden parecer muchos pero, ¿ acaso el buen ciclista no se crece cuanto más pendiente tiene la montaña que debe escalar? ¿Induráin no era mejor cuando respondía a los innumerables ataques de Rominger, Bugno o Pantani? Así debe ser el Madrid, más fuerte cuanto más difícil es el desafío y mejor cuanto más competitivo es el rival. Pero no nos olvidemos, las primeras rampas se empiezan a subir el próximo fin de semana ante el Sporting de Gijón.

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Larry Bird, la estrella que se quería ocultar de los focos

Bandeja... y anota, de tres... y canasta, tiro y encesta. Así durante casi toda su carrera en la NBA. Larry Bird pasará a la historia del baloncesto por enfrentarse a cualquiera sin importarle si el rival era más alto o si estaba mejor dotado para el deporte de la canasta. Bird siempre se mostraba dispuesto a competir, impulsado por un hambre voraz de gloria y títulos que le llevaba a conseguir todo lo que se proponía.

Sus comienzos fueron difíciles. Pocos podían pensar que ese chico rubio, tímido y retraido nacido en un pequeño pueblo de Indiana se convertiría en una leyenda del basket. Era alto, sí, pero no era atlético, apenas saltaba, algo que a priori, le descartaba para ser una superestrella en una competición que a principios de los 80 dominaban jugadores con un físico privilegiado. Él no lo necesitaba, amparado en una muñeca prodigiosa y en un gen competitivo único lo ganó todo y si no consiguió más, fue porque las lesiones lastraron los últimos años de su carrera y porque en la época del 'Showtime' tuvo enfrente a otro genio del baloncesto: Magic Johnson.

Juntos coparon todos los títulos de la NBA en los 80 y ofrecieron unos duelos que 25 años después todavía emocionan. Su rivalidad nació en la época universitaria cuando ambos disputaron la final de la NCAA en 1979. Ganó Magic. Desde entonces Bird y Johnson se convirtieron en los principales culpables de que Celtics y Lakers llegaran a lo más alto. Eran antagónicos. Si Bird parecía huraño y malhumorado, Magic era amable y simpático;polos opuestos que brindaron una rivalidad única en el deporte.

Aunque al principio esa rivalidad traspasaba las canchas, con el paso del tiempo esa competencia sana pasó a ser respeto y después a una buena amistad. Cuando Magic contó públicamente que tenía SIDA en noviembre del 91, Bird declaró que esa era la noticia más triste que había recibido desde la muerte de su padre. El destino les tenía preparados un reencuentro muy especial: Iban a jugar juntos en el mejor equipo de baloncesto de la historia.

Así fue. Larry y Earvin formaron parte del 'Dream Team' que ganó la medalla de oro en los Juegos de Barcelona. Después a Bird no le quedó más remedio que retirarse del baloncesto por sus lesiones de espalda . Lo hacía en la cumbre, pero el quería seguir estando fuera de los focos, tranquilo con su tractor, en un pequeño rancho de 'French Lick'.

La odisea de ir al Bernabéu en silla de ruedas

Cuando me propusieron ir al Santiago Bernabéu a ver el España-Colombia no me lo pensé dos veces. Me encanta el fútbol y era una oportunidad única para contemplar el juego de toque que despliega ‘La Roja’. Al ser usuario de silla de ruedas me preguntaba si habría facilidades para que las personas con discapacidad física o movilidad reducida compraran las entradas, si el Real Madrid habría mejorado la accesibilidad de su estadio tras mi última visita hace un par de años o si podría ver el partido en la grada, viviendo el fútbol con el resto del público y con mis amigos como, desde mi punto de vista, se debe disfrutar del llamado deporte rey.

Lo primero que hice fue llamar para comprar las entradas. Me sorprendí, cuando me dijeron que la venta de billetes para personas con discapacidad las gestionaba el propio Real Madrid a través del 91 398 43 22. Llamé para reservar mi sitio y muy amablemente me comunicaron que debía acercarme en persona al Santiago Bernabéu en horario de oficina, para recoger mis entradas. La sorpresa inicial se tornó en estupor en cuanto me comunicaron que no podía retirarlas en un cajero.

Además, no tenía posibilidad de hacerme con las entradas más baratas como el resto de mis compañeros y me tenía que conformar con ubicaciones en ambos fondos del estadio (al lado del córner, para enterdernos). ¿Por qué no habilitan accesos hasta los laterales del estadio, donde el fútbol y todo lo que ocurre en el terreno de juego se aprecia bastante mejor. ¿Es posible que el muchas veces autoproclamado mejor club del mundo no facilite la compra de entradas a distancia a personas con discapacidad física? ¿Qué ocurre con las personas con más dificultades para desplazarse? ¿Se quedan sin entradas y sin partido?

Por suerte, tenía la mañana libre y pude ir hasta el Santiago Bernabéu unas horas antes del encuentro para hacerme con mi billete. A las puertas del feudo madridista me iba a llevar una segunda decepción: los bordillos que rodean al estadio no son precisamente pequeños y necesité ayuda para acceder a las taquillas. Una vez cerca de ellas, busqué la que me habían señalado situada en la puerta 55. Entro y veo un montón de escaleras. A la izquierda un elevador parece indicarme que se acaban mis problemas en materia de accesibilidad. Error. Pregunto al guardia y me contesta de que esta roto y que son incapaces de hacerlo funcionar El estupor evolucionó entonces hasta la verguenza ajena, por supuesto protesté aunque creo que sin mucho éxito . Mi padre, que afortunadamente me acompañaba, tenía que bajar las escaleras para comprar la entrada. Con ella en la mano, se olvida parcialmente todo lo ocurrido: a disfrutar del partido.

Son las 21:15 de la noche. Queda cuarto de hora para el comienzo de encuentro , la entrada al estadio está en la puerta 48. Dos años después de mi última visita, el garaje continúa siendo la improvisada entrada por la que las personas con discapacidad acceden a uno de los mejores estadios de fútbol del mundo. Eso sí ,una vez dentro y, aunque sólo pude llevar un acompañante, el personal del estadio fue muy amable, siempre pendiente de nuestra comodidad.

Unos días después del partido y con la noticia de que el Real Madrid ingresa cerca de 440 millones de euros año aún en la memoria resulta más sorprendente que una institución de su categoría no mejore la accesibilidad de su estadio. Algo básico si quiere ser una institución moderna que se preocupa por la inserción social de las personas con discapacidad.

El Real Madrid vuelve a ver la luz

El Real Madrid, además de ganar por 4-1, ha jugado un gran partido ante la Real Sociedad. Es noticia. Y es que, salvo en un par de ratos ante el Atlético en la Copa y contra el Villareal en la Liga, los madridistas llevaban sin jugar bien desde el descalabro del Camp Nou en el ya lejano noviembre. El Madrid vuelve a ver la luz gracias a algunos de sus jugadores, que anoche se convirtieron en pequeños soles que brillaron sobre el césped del Bernabéu.

El primer foco fue Adebayor. El delantero togolés mostró muchas virtudes que deben estar grabadas a fuego en el el ADN de cualquier buen ‘9’ que se precie: instinto y remate. Benzemá debe aprender del ex del Manchester City si no quiere hacer las maletas este verano.

También iluminó al conjunto blanco Kaká. El brasileño ha disputado uno de sus mejores partidos con la camiseta madridista. Se ha asociado bien con sus compañeros, no ha conducido en exceso el balón y ha marcado. Si sigue así, es posible que podamos ver de nuevo al futbolista que ganó el Balon de Oro con el Milan.

La luz perenne del Madrid es Cristiano. El portugués,que llevaba unas semanas sin marcar, hizo un doblete para seguir con su particular carrera hacia el ‘Pichichi’ con Messi. Con estos dos goles, la bestia ha despertado y con él tambien lo han hecho sus compañeros.

Y el sol emergente es Özil. El genio alemán ha jugado otro partidazo y se postula como el ‘10’ madridista para muchos años. Todo lo que hizo ante la Real lo hizo bien. Mesut crece en cada partido y cada vez recuerda más al mago Zidane.

El Real Madrid sigue a siete puntos del Barcelona en Liga. Mucha distancia aún para toser a los culés en este torneo, pero el juego desplegado por los madridistas (contra una Real Sociedad muy floja, también hay que decirlo) da para ser optimistas para seguir luchando por la competición y para encarar con confianza los octavos de final de la Champions ante el Lyon.

El destino de los dos grandes está en sus manos

Ocupan portadas en la prensa deportiva, tertulias en las radios y minutos en la televisión. Son dos enfermos del fútbol, dos estrategas que estudian cada partido al milímetro para que no se les escape ni un detalle.Trabajan con los mejores del mundo en una labor, la de entrenador, en la que ellos también son estrellas: Son Pep Guardiola y José Mourinho los técnicos del FC. Barcelona y del Real Madrid, los dos grandes de nuestro fútbol.

Guardiola está marcando época en el conjunto azulgrana. Sin embargo, sus inicios en el banquillo del Barça no fueron muy esperanzadores, pues el modesto Numancia venció a los culés en el primer partido de Liga. Era sólo el estreno de Pep como entrenador del Barcelona y desde el famoso ‘entorno’ culé ya se oían voces pidiendo su cabeza. No podían imaginar lo equivocados que estaban.

Los partidos se fueron sucediendo y con ellos la victorias. El Barça maravillaba al mundo con su juego de toque y elevaba las cotas de la excelencia futbólistica hasta límites inmaginables. Para comprobarlo, basta con recordar que aquella temporada 2008-2009 los azulgrana ganaron Liga, Copa y Champions, algo inédito en España.

Pep Guardiola se convirtió entonces en una estrella para el Barça. Messi, Xavi, Iniesta y el resto de cracks del conjunto catalán desplegaban un fútbol de ensueño, pero el encargado de dirigirles no era otro que el técnico de Santpedor. Nadie mejor que sus jugadores para definirle:

Habría que esperar un año para encontrar a alguien que pudiera plantarles cara.Y el elegido era nada menos que José Mourinho. ‘The Special One’ estuvo varios años en la nómina del equipo azulgrana (primero como traductor de Bobby Robson y después como ayudante de Louis Van Gaal), para despúes probar suerte como entrenador y dejar un rastro de éxitos a su paso. Consiguió que el Oporto ganara la Copa de Europa y que el Chelsea consiguiera la ‘Premier League’.

Fue con el conjunto inglés con el que Mou inquietó a los azulgrana en las semifinales de la Champions League de la temporada 2008-2009. Sólo un gol de Iniesta a punto de finalizar el encuentro de vuelta definió la eliminatoria a favor de los azulgrana.

En la temporada siguiente,también en las semifinales del torneo europeo Mou se cobraría su venganza con el Inter. Con un fútbol capaz de detener la máquina azulgrana los hombres del portugués lograron el pase a la final, en la que se impondrían al Bayern de Munich.

Es entonces cuando Florentino Pérez, presidente del Real Madrid se percató de que Mourinho era un posible antídoto contra el Barça de Pep Guardiola.Estas fueron las palabras que el máximo mandatario blanco dedicó al portugués al anunciar su fichaje.

Unos días después de estas declaraciones Mourinho se convirtió en técnico del Real Madrid. Cumplida la primera vuelta del campeonato liguero el luso ha dado mucho que hablar. polémicas arbitrales, discusiones con jugadores y entrenadores de otros equipos e incluso recados a la directiva madridista por no atender sus peticiones en materia de fichajes

De momento, aunque el Barça cuenta con cuatro puntos de ventaja en liga, sigue el pulso en las tres competiciones. El juego preciosista del Barcelona contra el fútbol directo del Real Madrid. Quedan aproximadamente seis meses de competición para que se decida todo, para ver quién de estos dos magníficos entrenadores sale victorioso.

Llamando a las puertas del cielo

Todo el mundo sabe que en 1969 Neil Amstrong fue el primer hombre en pisar la Luna y conquistar el espacio, pero pocos conocen que trece años antes, el 29 de mayo de 1953, el montañero neozelandés Edmund Hillary y el sherpa de origen nepalí Tenzing Norgay alcanzaron la cima del Everest y llamaron a las puertas del cielo.

Nadie lo había conseguido hasta entonces y había regresado con vida. Los brtánicos Irvine y Mallory estuvieron a punto de lograrlo en 1924 ¿lo hicieron? No se sabe, lo cierto es que no vivieron para bajar y contarlo. Si lo hizo Hillary, quien en una excursión escolar al monte Ruapehu con 16 años descubrió su pasión por el alpinismo . El neozeladés creció desde entonces admirando a Mallory y soñando con 'vengar' a su ídolo, ¿quien le iba a decir a ese joven que unos años después cumpliría su sueño y plantaría la bandera británica en la cumbre del Everest?

Todo comenzó cuando el coronel británico John Hunt le propuso formar parte de una expedición para escalar los 8.848 metros de esta montaña del Himalaya. Emprendieron esta aventura cerca de 400 personas y sólo dos lograron su objetivo. El 26 de mayo Hunt envió a Charles Evans y Tom Bourdillon a coronar la cumbre. Cuando todo parecía indicar que lo conseguirían, a sólo cien metros de hacerlo, exhaustos y sin oxígeno, decidieron abandonar.

Hillary y Tenzig serían los siguientes en intentarlo. Aventurero por naturaleza el primero y experimentado explorador el segundo. Ambos habian marcado el Everest entre sus prioridades y no podían fallar. Era la oportunidad de sus vidas y la afrontarían juntos. Y es que, poco hubiera podido hacer el neozelandés sin el apoyo de Norgay, que conocía las montañas del Himalaya como la palma de su mano. No en vano, Hillary admitía siempre que se le preguntaba que sin él la subida no hubiera sido posible.

El oxígeno iba a ser clave en la ascensión. Inicialmente iban a utilizar cuatro litros de oxígeno, pero un error logístico les obligó a usar sólo tres por segundo, por lo que tuvieron que racionarlo al máximo. Este elemento era tan importante porque según revela Hillary “Todos los médicos nos habían dicho que esta cima representaba el límite absoluto en el que una persona podría sobrevivir” . Estas palabras denotan el temor que provocaba la idea de quedarse sin óxigeno en plena escalada.

Los nervios se apoderaron de Hillary y Norgay la noche del 28 de mayo. Estaban a punto de conseguirlo, sólo la parte final del ascenso les separaba de la gloria, pero tantos alpinistas habían fracasado en el intento...

No fue el caso de este duo de históricos montañeros. “la última arista resultó especialmente dura- relata Hillary-, tardamos dos horas y media en superarla, parecía que no se iba a acabar nunca”, reconoció Edmund. El que luego llamarían “Escalón Hillary” iba a ser la última prueba de fuego a la que tendrían que hacer frente. “Cuando alcanzamos su base vimos que era muy vertical y estábamos muy cansados, pero teníamos que superarlo para coronar la cima”, recuerda el escalador.Tras intensos momentos de tala, con un 'piolet' y su fuerza de voluntad como únicas armas, avistaron la cima. Lo habían conseguido, eran los los primeros en llegar a la cumbre del Everest.

En una muestra de generoso compañerismo ninguno quiso desvelar quien fue el primero en hacerlo. Quizá porque ambos se necesitaron tanto el uno al otro que sería injusto no compartir el éxito. Así, a las 11: 30 de ese 29 de mayo las banderas del Reino Unido, Nepal y la India coronaban el techo del mundo. Edmund Hillary y Tenzing Norgay se fundieron en un abrazo. “Nos estrechamos las manos y entonces Tenzing me echó el brazo sobre los hombros y nos dimos palmadas mutuas en la espalda hasta quedar casi sin aliento”, escribió el aventurero neozelandés en sus crónicas de la ascensión.

Seguro que las visiones que tuvieron Hillary y Amstrong tras completar sus respectivas gestas no fueron iguales, aunque probablemente rivalizaran en espectacularidad. En declaraciones al New York Times, Hillary aseguró que estar en la cima le producía la sensación de que “todo el mundo estaba a nuestro alrededor, estrechándose como un gigantesco mapa en relieve”. Cuentan también que las primeras palabras que este apicultor de profesión dijo al coronar el Everest iban dedicadas a Mallory “¿Has visto, George?, hemos derrotado a este bastardo", exclamó recordando a su ídolo.

Cincuenta años después el que fuera un joven montañero con la fuerza suficiente para escalar la legendaria cumbre, se había convertido en un respetable anciano al que no le faltaba energía para contar sus innumerables aventuras como alpinista. En mayo de 2003 Hillary recibió un caluroso homenaje en Katmandu por la hazaña conseguida.Cerca de 400 alpinistas le rindieron tributo aquellos días, todos ellos habían alcanzado la cima del Everest en algún momento de sus vidas, pero sólo de Hillary y de Tenzing se puede decir que fueron los primeros (como Amstrong en pisar la luna) en tocar el techo del mundo, en llamar a las puertas del cielo.