jueves, 3 de marzo de 2011

Larry Bird, la estrella que se quería ocultar de los focos


Bandeja... y anota, de tres... y canasta, tiro y encesta. Así durante casi toda su carrera en la NBA. Larry Bird pasará a la historia del baloncesto por enfrentarse a cualquiera sin importarle si el rival era más alto o si estaba mejor dotado para el deporte de la canasta. Bird siempre se mostraba dispuesto a competir, impulsado por un hambre voraz de gloria y títulos que le llevaba a conseguir todo lo que se proponía.

Sus comienzos fueron difíciles. Pocos podían pensar que ese chico rubio, tímido y retraido nacido en un pequeño pueblo de Indiana se convertiría en una leyenda del basket. Era alto, sí, pero no era atlético, apenas saltaba, algo que a priori, le descartaba para ser una superestrella en una competición que a principios de los 80 dominaban jugadores con un físico privilegiado. Él no lo necesitaba, amparado en una muñeca prodigiosa y en un gen competitivo único lo ganó todo y si no consiguió más, fue porque las lesiones lastraron los últimos años de su carrera y porque en la época del 'Showtime' tuvo enfrente a otro genio del baloncesto: Magic Johnson.

Juntos coparon todos los títulos de la NBA en los 80 y ofrecieron unos duelos que 25 años después todavía emocionan. Su rivalidad nació en la época universitaria cuando ambos disputaron la final de la NCAA en 1979. Ganó Magic. Desde entonces Bird y Johnson se convirtieron en los principales culpables de que Celtics y Lakers llegaran a lo más alto. Eran antagónicos. Si Bird parecía huraño y malhumorado, Magic era amable y simpático;polos opuestos que brindaron una rivalidad única en el deporte.

Aunque al principio esa rivalidad traspasaba las canchas, con el paso del tiempo esa competencia sana pasó a ser respeto y después a una buena amistad. Cuando Magic contó públicamente que tenía SIDA en noviembre del 91, Bird declaró que esa era la noticia más triste que había recibido desde la muerte de su padre. El destino les tenía preparados un reencuentro muy especial: Iban a jugar juntos en el mejor equipo de baloncesto de la historia.

Así fue. Larry y Earvin formaron parte del 'Dream Team' que ganó la medalla de oro en los Juegos de Barcelona. Después a Bird no le quedó más remedio que retirarse del baloncesto por sus lesiones de espalda . Lo hacía en la cumbre, pero el quería seguir estando fuera de los focos, tranquilo con su tractor, en un pequeño rancho de 'French Lick'.

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